miércoles, 23 de septiembre de 2009

Control PARTE I (Televisión)


Los saludo nuevamente, abriendo otro tema de observación.

Las noticias. ¿Quien escapa de las noticias? Nos bombardean desde la televisión, la radio, internet, diarios, revistas. Solo con pasar una linda tarde de caminata bajo el sol nos vemos irremediablemente expuestos a éstas.

Si hablamos con la gente empeora, porque las noticias nos llegan deformadas por el juicio del informante.

Hoy, revisando mi correo, me topé con una de ellas. La noticia era curiosa, ya que prmovía el orinar en la ducha como medida de ahorro del agua. Para los que se estén preguntando algo similar a "¿Cómo dijo?", los invito a buscarlo en Internet con palabras parecidas, no es mi intención hacer un blog informativo.

Esta noticia me llevó a plantearme lo que ya me había planteado antes, pero que hoy cuento con un espacio para publicarlo: Las formas mediáticas de controlar a la gente.

¿Qué mejor manera de hacer lo que a uno le parece mientras mantiene al otro ocupado en otra cosa? Esta maravillosa idea tuvo un grupo (numeroso) de personas en algún punto de la Historia, como medida preventiva del progreso.

Me da igual si pertenece al catálogo de venta "bondad/maldad", el punto es que es una forma simpática de mandar el mundo a la mierda sin la necesidad de hacer un gesto grosero con el dedo medio.

Antiguamente era más fácil llevar esto a cabo, o menos divertido. No se contaba con tantos medios de difusión con los cuales tapar los hechos o modificarlos en conveniencia. Bastaba con no divulgarlos, mantenerlos en secreto.

Acompañado de esto, se encuentran también formas de inculcar a la gente creencias que los lleve a pensar de la forma adecuada en beneficio de estos grandes próceres de la manipulación y el poder.

Esto no es nuevo. El ejemplo que quizás conozcan la mayoría de ustedes (al menos de nombre) es de la Inquisición. Una estrategia de borrón y cuenta nueva cuando ya la Humanidad se les escapaba de las manos.

Más cercano a nosotros, tenemos ahora la televisión. Aquél cubo crea-idiotas que prefieren sentarse largas horas frente a sus influjos y permitir que lentamente vacíe su ya escaso contenido cultural. Y desde ese artefacto maligno, comienzan los controles.

Despegan los ojos y con la ínfima chispa de neurona que se les enciende un lunes por la mañana, inclinan el dedo hacia el botón de encendido de la TV.

Programas de cocina. Cantidad de programas de cocina y "hágalo usted mismo", para hacerles creer que son capaces de valerse por sí mismos en lo cotidiano y comenzar el día vulnerablemente de buen humor. También los relajan con prácticas de gimnasia.

Una vez que mente y cuerpo se encuentran relajados y con pensamientos puramente iluminados como "hoy por la noche le pondré ese nuevo condimiento a la ensalada" y "que frío hará hoy" (cortesía de los canales con la temperatura en el costado inferior derecho), ya están listos para salir al exterior y compartir con los compañeros de trabajo la cantidad de pelotudeces que pensaron mientras se preparaban para salir.

Esto empeora si optan por poner el noticiero matutino y anuncian los partidos de fútbol que se jugaron el fin de semana. ¡Y claro! ¿Qué error encontrarían afuera si están todos hablando de lo mismo? Entonces le agregamos a ésto, la vulnerabilidad de sentirse integrados, aceptados.

Horas. Preciadas horas malgastadas mentalmente en nimiedades hasta llegar al hogar.

Al llegar, no hay mejor opción que ver la televisión en familia. (Entiéndase familia por pareja, hijos, perro o mesita de luz)

Una vez acomodados para la nueva sesión de lavado de cerebro, se encuentran con el noticiero y una cantidad alarmante de noticias sobre la inseguridad, asaltos a mano armada, asesinatos, violaciones y montones de etcétera. Entonces surgen los siguientes debates en la familia (nota: si la compañía es el perro o la mesita de luz, el debate se iniciará con ellos mismos, mentalmente):


-"¡Qué peligrosa está la calle Pedrito. No se puede salir a ningún lado!".- (Miedo)

-"Si, el otro día al hermano de Juancito lo asaltaron en la calle a las tres de la tarde."- (Comprobación medianamente cercana de la situación)

-"No vayamos a comprar ahora. Mejor vayamos mañana, de día."- (Decisión como resultado al miedo y la comprobación de la situación.)


¿Qué sucede entonces? Sobreviene el próximo programa, que muy probablemente sea "Bailando por un Cerebro" (Definición que leí en algún lado)

Entonces quedan dos horas de leve babeo ante la cantidad de culos y sexo casi explícito que muestran un día de semana dentro del horario de protección al menor.

El día termina con un montón de ideas nuevas: "Cocina, Fútbol, Gimnasia, Sexo, la Temperatura, la Inseguridad, Sexo otra vez".

Y como lo último fue sexo, se van a dormir procesándolo, ya que es lo último que se piensa en el día lo que más maquina el cerebro a la hora de dormir. Llegan entonces a la sana conclusión de que sus mujeres o maridos no los satisfacen y que sería bueno ir a apretarse a la compañerita/el compañerito de trabajo que tanto los está mirando desde hace semanas y que su culo se parece a los que muestra Tinelli.

Es momento de citar las causas y efectos que surgieron:

La primera hora del día sirvió para limpiar el cerebro de cualquier atisbo de inteligencia que pudiera surgir durante el día. Esto llevó a mantener conversaciones idiotas por la tarde, para luego estar cansado y no hacer más que mirar televisión en la noche, donde los prepararon con miedos para quedarse a mirar el programa de los culos, que a su vez los preparó para plantearse frustraciones sexuales y finalmente, destruir el concepto familia y vida mediocre que ya llevaban.


Y esto es solo el comienzo de lo que quiero decir acerca de cómo el mundo se va irremediablemente a la mierda mientras todos continúan felizmente antestesiados.

La próxima continuaré con el tema, hablando un poco más sobre el manejo mundial.


THEO

lunes, 21 de septiembre de 2009

Una Bienvenida...






Buenas tardes,

Quien les escribe es Theo y a manera de bienvenida, explicaré el motivo de la creación de mi blog.

Conviviendo día a día con aquella interesante especie llamada Humanidad, me veía casi en la necesidad de expulsar mis puntos de vista al papel, creyendo oportuno una limpieza urgente de energias negativas.

Desde mi nacimiento, y observando un desempeño social alarmante en mis hermanos humanos, me había dado cuenta que algo no andaba bien en este mundo y que, en base a esto, el fin de éste tampoco sería el más limpio.

Sencillamente, y sin dar más vueltas para no aburrir tampoco a los que se asustan cuando tienen que leer algo más que el envoltorio de una pastilla anticonceptiva y sus síntomas posteriores, había llegado a la conclusión de que la gente era ímbécil.

No me refiero con ésto a una enfermedad determinada, sino simplemente a un error en los cálculos a la hora de poner en la balanza "cotidiano-uso de materia gris".

Dolorosamente fui creciendo, aceptando de alguna manera que la convivencia sería inevitable aunque la certeza de saber que el problema no era mi Yo sino el de los demás, me permitió contar con una balsa en medio de la tempestad. O varias balsas. Y entre ellas, hoy, es este blog.

Una manera de no guardar el mal humor tras las paredes de mi casa al regresar cada día, y también, por qué no, ahorrarme una estadía prolongada en alguna cárcel de máxima seguridad, luego de un arrebato de furia ante la estupidez.

Es que es la estupidez, lectores, contra lo que se debería luchar en este mundo. Es la estupidez en las mentes cerradas la que limita a otros seres pensantes, los estorba, los priva de libertades, intentando acabar de esta manera con el buen juicio del más sabio. O con la paciencia.

Haría más extensa esta publicación, pero opto por guardar otras opiniones para entradas posteriores. Ya había dicho que ésta era solo una bienvenida.

Me despido, hasta una próxima presentación.



Theo